Lxs estudiantes de la carrera de
Historia que cursamos todos los días en la facultad sabemos que los
problemas con los que tenemos que convivir son muchos. No sólo
tenemos que cursar en un edificio que se cae a pedazos, producto de
la falta de presupuesto en la facultad y una gestión que avanza
sobre los derechos estudiantiles, sino que nuestra carrera tiene sus
propios males. Muchos de nuestrxs docentes están ad-honorem (somos
la carrera con más docentes sin cobrar de la facultad, ¡más de
60!) y la gestión del departamento con Campagno a la cabeza se
atiene sólo a administrar la miseria presupuestaria existente. Para
peor, lejos de acercarse a la solución de este conflicto, ni
siquiera fueron capaces de defender a Octavio Colombo cuando a
principio de año la gestión de la facultad le quitó el sueldo que
cobraba, en un claro acto de persecusión política por ser parte de
la oposición al decanato. A esto se le suma lo que todxs vivimos año
tras año: la oferta horaria de nuestra carrera no contempla nuestras
necesidades, especialmente de lxs estudiantes que trabajamos y
tenemos que hacer malabares para poder cursar las materias que
queremos.
Frente a todos estos problemas, lxs
estudiantes retrocedimos algunos casilleros respecto de cómo
encaramos luchas anteriores. Lxs estudiantes de Historia tenemos una
tradición de grandes asambleas interclaustros, con debates que han
tenido la fuerza suficiente como para imponer sus decisiones a la
autoridades y así lograr hitos únicos en la facultad como elegir al
director del departamento en asamblea con un programa de
reivindicaciones. La realidad hoy en día es bastante distinta, no
tenemos un movimiento estudiantil que pueda encarar discusiones, ir a
buscar al resto de los claustros ni terminar de definir un plan de
lucha para avanzar en nuestras reivindicaciones. La necesidad de
reforma tanto del plan de estudios como de la composición de la
Junta Departamental ha sido ninguneada sistemáticamente por las
autoridades del departamento y, lamentablemente, no hemos podido
construir la movilización suficiente para arrancar estos reclamos.
En este sentido vemos como preocupante
los dichos de la minoría estudiantil en la Junta, el Partido Obrero,
en la última declaración que hicieron pública. Lejos de
preocuparse por cómo avanzar en los urgentes reclamos necesarios en
la carrera de Historia, el PO decide dedicarle su tiempo a una pelea
facciosa con otras fuerzas de izquierda. En esta declaración plantea
un escenario en el cual la única carrera que ha visto avances en los
reclamos estudiantiles es Historia, la única en la que ellos tienen
representación. No sólo esto nos parece muy alejado de la realidad
por todas las situaciones por las que atraviesa nuestra carrera,
problemas ya discutidos y difundidos, sino que lamentamos que los
esfuerzos del PO no sean en favor de luchar contra La Mariátegui
(mayoría estudiantil en la Junta, que traicionó el mandato de la
asamblea en la última votación de director, mostrando un claro
acuerdo con la gestión del departamento) o contra Campagno y sus
profesores, que son quienes mantienen a la carrera en la precariedad
en la que se encuentra.
Llamamos a los compañeros del Partido
Obrero y a todas las organizaciones de izquierda que se plantean
luchar contra la gestión del departamento a dejar de lado las peleas
facciosas y poder construir un movimiento estudiantil que se pueda
plantar ante los embates de las camarillas. Es necesario ahora más
que nunca que lxs estudiantes podamos construir junto con lxs
docentes una estrategia conjunta y no seguir peleando entre nosotrxs
frente a una gestión que avanza.
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