lunes, 25 de abril de 2011

¿Y ahora qué pasa en historia?

En la carrera venimos de un proceso que se inició en el 2005, y significó la posibilidad de abrir una brecha en la hegemonía política de las camarillas modernas dominantes desde el 83. Logramos desestabilizar el status quo imperante con la lucha, la movilización masiva y la discusión abierta y participativa en grandes asambleas.

Pese a esto, no pudimos resolver la cuestión del gobierno de la carrera: no hubo director ni funcionamiento regular, por lo que la dinámica se limitó a media junta por varios años. Se abrieron cátedras paralelas, se renovaron parcialmente los contenidos, salieron variados seminarios pero no logramos avanzar a fondo hacia una nueva forma de gobierno de la carrera con una participación real de las mayorías de la comunidad educativa; tampoco en una transformación de los contenidos y estructura del plan de estudios.

En el 2009, con la elección de un director (Rodríguez Otero) a mano alzada, en una asamblea de 400 estudiantes, graduados y docentes dimos comienzo a una nueva etapa con la esperanza de poder avanzar. Creemos que la decisión tomada colectivamente por aquellos tiempos fue acertada y permitió que el departamento volviese a funcionar recuperándolo como ámbito de discusión y propuesta para las distintas cuestiones relacionadas a Historia. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones del director y algunos graduados y docentes que tuvieron iniciativas interesantes, como las concurridas charlas sobre ingreso a la docencia e ingreso a la investigación, o las jornadas de debate para la reforma del plan de estudios, el proceso se estancó en estos dos años y no siguió mucho más allá de un diagnóstico de la carrera que tenemos, producto de la caída en la participación y la falta de iniciativa de los distintos sectores.

En este punto es necesario hacer una autocrítica que permita explicar al conjunto de la carrera porqué en estos dos años, donde teníamos mayoría absoluta en la junta (5 votos más el del director en caso de empate), el proceso de democratización de la carrera no avanzó, se llamó a una sola asamblea en esos dos años, y la representación estudiantil se limitó a presentar en junta solamente declaraciones. Extrañamente a lo que podría suponerse, al ser los estudiantes históricamente el factor más dinámico del cambio en la Universidad, desde la representación de mayoría y minoría del claustro estudiantil no mostraron ninguna iniciativa para impulsar por ejemplo, las jornadas de reforma del plan de estudios, a tal punto que ni siquiera participaron en varias de las reuniones durante el 2010.

Luego de las últimas elecciones del 2010, se mantuvieron las representaciones en la junta tal como venían, manteniéndose la relación de fuerzas allí en un 5 (Modernos y aliados en mayoría y minoría de profesores y minoría de graduados) a 5 (Haciendo Historia en graduados por mayoría y La Mariátegui y el PO en mayoría y minoría de estudiantes). Como en el 2009 la situación es calcada, el empate entre los dos bloques políticos hegemónicos y antagónicos de la carrera, hace imposible un acuerdo para elección de un director en la junta. Por ende, esta no puede funcionar, ya que para ello tiene que haber un nuevo director electo que reemplace al saliente, Mariano Rodríguez Otero.

Esto abre una situación de crisis política en la carrera ya que se paraliza momentáneamente el funcionamiento administrativo corriente, paralizándose designaciones de rentas y cargos, aprobaciones de seminarios y materias, promoción de jornadas, etc. Al mismo tiempo, esta crisis abre la posibilidad de volver a discutir entre todos y todas, el futuro de nuestra carrera en asamblea para pensar como seguimos adelante de cara a esta situación, teniendo en cuenta el particular recorrido que hemos transitado. Hemos realizado ya, aunque bastante tarde, la primera asamblea. Esto se debió a los problemas internos del bloque que conforman los compañeros graduados de Haciendo Historia y los compañeros estudiantes de La Mariátegui, quienes han roto con Rodríguez Otero (ver volante de La Juntada: Un rosca no muy santa rueda por Historia), y por ello han demorado el llamado a la asamblea, llamado que han hecho luego de nuestra insistencia y nuestra propia convocatoria previa.

Creemos que es equivocado y problemático el anteponer las propias necesidades políticas a la del conjunto de la comunidad de historia, ya que por un lado, reproducen algunas de las prácticas que tanto le reprochamos a los modernos y por otro nos perjudican a todos ya que ante el vencimiento del mandato de Otero (30 de abril) existe la posibilidad de que el Consejo Directivo intervenga la carrera poniendo un director interino pro modernos y pro trincherismo., o que sea el antidemocrático Consejo Directivo el que decida sobre la carrera. Esto significa que las fuerzas más regresivas de la carrera, que vienen gobernándola desde el 83, más la gestión de la facultad (que impulsa las reuniones con los organismos que tratan la autoevaluaciones para futuras acreditaciones a organismo externos a la UBA, y buscan acreditar los profesorados de historia -también geografía y letras- para convertirlos en uno vaciado de contenido) estarían en mejores condiciones para avanzar sobre la carrera.

Como hemos planteado en la asamblea, así como en tantos otros ámbitos, la estructura antidemocrática de los órganos de cogobierno ha sido, es y será una traba para transformar la carrera y la universidad. Creemos que la lucha por la democratización es una lucha estratégica ineludible que tenemos que afrontar con todas nuestras fuerzas. En este sentido no podemos obviar el camino que hemos trazado, y la importancia que tiene el haber sido la primera carrera de esta facultad en elegir un director a mano alzada (que no es lo mismo que elección directa), tensionando así la lógica antidemocrática de la junta a través de la instancia asamblearia. Este fue un primer paso del cual no podemos volver atrás en la lucha por la democratización.
Al mismo tiempo entendemos, por cuestiones tácticas, que es mejor que la junta comience a funcionar con un director favorable al sector más progresivo de la carrera, mientras seguimos avanzando en la lucha por la democratización, poniéndola como primer punto indeclinable de nuestro plan de acción. Esta lucha no la vamos a ganar sólo desde la carrera y en un par de meses, aunque en historia podamos ser una avanzada en este sentido. Los órganos de cogobierno debemos transformarlos con la lucha y la movilización de todas las carreras, ya que hay que cambiarlos en todas las carreras y no sólo en una. Para esta tarea debemos abocarnos a trabajar en la comisión de Democratización del CEFyL que está discutiendo esta temática, para dar una batalla de conjunto.
Por eso, mientras tanto, no podemos correr el riesgo de que nos intervengan el departamento y retroceder en la lucha, debemos mantener esta posición ganada para seguir avanzando, con las dificultades y limitaciones que ya marcamos del caso. Pero para esto no alcanza con votar un director de la carrera con un programa progresivo como ya hemos hecho antes. Debemos votar un plan de acción concreto comprometiéndonos en el seguimiento y consecución del mismo, que nos permita avanzar en la lucha por la democratización y la transformación de la carrera priorizando algunos puntos del programa, como el claustro único docente, la pelea por la no acreditación de los profesorados y la reforma del plan de estudios.
Al mismo tiempo no podemos cometer los mismos errores, ya vimos que no alcanza con votar que vamos a hacer, sino hacerlo. Por eso tenemos que apoyar, sostener y aportar para construir junto con quienes nos representan en la junta este proceso. Todos tenemos que tomar el asunto en nuestras manos para poder transformar la carrera, porque sólo con la lucha la movilización y la participación masiva de los estudiantes vamos a avanzar en este sentido. Para ello debemos dotarnos de mecanismos que promuevan la movilización, la participación, y el sentido colectivo de responsabilidad para llevar a cabo las tareas que nos tracemos. Nuestra propuesta es que una vez resuelta la elección de director, hagamos por lo menos 4 asambleas cuatrimestrales donde discutamos como venimos trabajando, deliberando colectivamente y mandatando a los compañeros que nos representan en la junta para que lleven lo resuelto por todos y todas en la asamblea. Así estaremos dando un paso más en la democratización de la toma de las decisiones políticas, dando un impulso permanente a la lucha por cambiar radicalmente nuestra carrera, Filo, y la Universidad.


Resoluciones de la asamblea de Historia del 19 de abril:

1) La asamblea rechaza la acreditación de la carrera en la CONEAU y apoya el proyecto de rechazo propuesto por la Comisión contra la Mercantilización del Conocimiento.

2) Cronograma de discusión tanto de la acreditación en la CONEAU como las formas de gobierno de la carrera:
-Semana de debate en todos los cursos del 25 al 30 de Abril
-Jornada de debate el miércoles 4 de mayo
-Asamblea inter-claustros el jueves 12 de mayo

jueves, 7 de abril de 2011

Basta de rosca!!! asamblea ya!!!

Una rosca de pascua (no muy santa) rueda por Historia

…Hemos estado guardando un silencio
bastante parecido a la estupidez…

Proclama libertadora boliviana, 1825.
 
 

En estos días, mientras todas las carreras se organizan para llevar sus propuestas de democratización a las juntas departamentales a raíz de las elecciones de directores, ha trascendido que una camarilla se ha llevado puesto el laburo dedos años del director y la secretaria académica de nuestra carrera, a espaldas de los estudiantes y “olvidándose” de la asamblea de historia.  ¿Cómo es esto? Simple. La Mariátegui (mayoría estudiantil en junta) y sus aliados graduados han decidido al interior de sus espacios que el actual director (Rodríguez Otero) y la secretaria académica (Beatriz Valinoti)-también parte de la misma rosca- no pueden ni deben continuar al frente del departamento de Historia. Los mismos que hace dos años atrás llevaron a la asamblea a Otero para conformar un programa y elegirlo director, ahora deciden a espaldas de todos los estudiantes que no quieren renovar a Valinoti en su cargo, y por ende el director no se postularía para un segundo mandato. El problema, más allá del balance que podamos hacer sobre la gestión del director, es que no fue la asamblea de historia la que le baja el pulgar al director y la secretaria, sino la camarillade Charadía y graduados que utiliza a la asamblea para legitimar las decisiones que su espacio político toma.

Un balance del proceso del 2009 hasta hoy. 

Desde La Juntada en Historia, hacemos una evaluación  positiva (aunque no acrítica) del desempeño del departamento durante este último tiempo. Es cierto que hay muchas cuestiones pendientes, plasmadas incluso en el programa, que no se pudieron materializar aún. Por ejemplo, el tema de la democratización de la junta es algo fundamental que debemos impulsar a fondo, con un aumento en la representación estudiantil, y con el claustro único docente. Entendemos que para conquistar estos logros necesitamos construir una mayor correlación de fuerzas, lo cual no se consigue simplemente con un programa, sino militando para generar ese movimiento. Pese a estos pendientes, al mismo tiempo hay varios elementos que debemos resaltar. En primer lugar, el respeto que tuvo la junta por los ad-honorem rentando una gran cantidad de ellos, priorizando siempre el listado a la hora de asignar rentas, siendo el Departamento de Historia el que más ad-honorem rentó el año pasado. En segundo lugar destacamos el interés que tuvo la dirección de la carrera (no así las representaciones estudiantiles) por impulsar la reforma del plan de estudios. También hay que rescatar el enorme y prolijo trabajo de la secretaria académica para ordenar y pasar el limpio todas las cuestiones académico-administrativas del departamento, presentando siempre todos los pedidos al consejo Directivo en tiempo y forma, a la par que se la pudo ver con Otero, junto a nosotros, siempre defendiendo a la carrera de los ataques de los modernos o el trincherismo en el Consejo Directivo. Por último, el de historia fue el único director que se solidarizó con la toma del año pasado y el estudiantazo, además de haber apoyado siempre con las luchas de los estudiantes, como es el caso de la comisión por el presupuesto.

A pesar de todo esto, creemos que el desempeño de Otero no es el punto central del problema para nosotros. Por un lado,  queremos demostrar que no es en base a hechos concretos vinculados con cuanto se avanzó en transformar la carrera de acuerdo a lo que discutimos en el 2009 que La Mariátegui y sus graduados decidieron poner fin a su mandato, sin consultar a nadie y a espaldas de todos los compañeros de la carrera que hace dos años nos comprometimos a llevar adelante un mandato de base; poniendo en serio riesgo este proceso sólo por defender sus propios intereses.  Por otro creemos que el problema no se agota en la cuestión del director, si Otero o cualquier otro más o menos simpático es candidato, sino ver cómo re impulsamos un proceso político en la carrera en el cual hagamos un balance colectivo y discutamos una perspectiva común. Es absolutamente repudiable la actitudde este sector que cree estar facultado para disponer de este proceso como si fuese propio. La discusión sobre la elección del director y las tareas que este debiera asumir en pos de cambiar la carrera fue, es y será un asuntode todos, y todos debemos discutirlo en Asamblea. Esta fue la gran conquista que nos dimos en historia no solamente para transformar la carrera sino en pos de la democratización política de la Universidad. La verdadera causa del ofuscamiento con la dirección del departamento es la molestia que les provoca que haya respondido a las necesidades de gran parte de la carrera y no sólo al sector que lo propuso. Y por eso lo voltean, a espaldas de todos. Las excusas son inentendibles: lo acusan de no haber evitado que se promocionen a tres docentes de la carrera (HSG A), de hecho ¡¡nos pedían a nosotros que en consejo directivo no aprobemos dichas promociones!! Y todo porque no eran de su espacio político y beneficiaban a otros docentes. También van a decir que cajoneó concursos, que no avanzó con la democratización, como si todo esto fuera responsabilidad única del director y no de los que realmente gobiernan la carrera y mandan en la junta, como lo son los graduados y estudiantes por mayoría. Desde La Juntada siempre mantuvimos el criterio de promocionar a todos los docentes priorizando en primer lugar criterios académicos y gremiales, sin importar su filiación ideológica o política.  

HAGAMOS UNA ASAMBLEA YA!!!!

Mientras ya hay fecha de asamblea en todas las carreras, la nuestra no tiene. ¿Por qué sucede esto? Porque están buscando otro candidato a director, intentando inventar argumentos para que esto que te contamos pase inadvertido, pero no los tienen y no saben que hacer. Por todo lo antedicho, alertamos a quienes se sientan tentados o seducidos por esta camarilla a sentarse en la silla que dejará Otero, ya que lo harán de la mano de gente irresponsable, poco confiable, que prioriza su propia situación (acomodarse mejor en la carrera) que la situación general del departamento y la carrera. Y que les puede suceder lo mismo: cuando les dejas de responder, se pudre. Es que Otero también es responsable de esta situación por ser parte de la lista de graduados y por priorizar las peleas intestinas antes que los procesos colectivos y de base.

Desde lo discursivo dicen enfrentar a los modernos y al trincherismo, pero por intereses propios arriesgan el proceso de lucha que iniciamos en el 2005, al punto de servirle en bandeja la carrera a ellos, debilitando fuertemente a la asamblea que en el 2009 logró imponerles un programa y un director. En definitiva le estamos regalando el departamento a los modernos, y todo por el afán camarillesco de este grupo que pretende manejar la carrera a su antojo, o peor aún, abriendo la posibilidad de que nos quedemos de vuelta sin junta, hecho que haría que el trincherismo maneje la carrera a su gusto desde el consejo directivo.   

Por todo esto, repudiamos a la camarilla de Charadía y asociados. Lo hacemos público porque nos interesa democratizar, también, la información y que todos estemos al tanto de esta situación al momento de la discusión: así nos manejamos en las Juntas Departamentales en las que tenemos representación y en el Consejo Directivo, impulsando siempre espacios de discusión de base y colectivos, y no priorizando acuerdos o desacuerdos a puertas cerradas. Porque nos van a querer hacer creer que nada ha pasado, y simplemente se cambia un director por otro. Perfecto, cambiemos de director, eso no importa (siempre que este mandatado por asamblea, sirve), pero no nos comamos el verso de que “la casa está en orden” porque bien saben que no es así, y que se siguen manejando con métodos camarillescos dentro de la carrera.

Exigimos asamblea urgente para ver cómo continuar con los aspectos más progresivos del proceso que se inició en el 2005 y se reimpulsó en el 2009: discusión interclaustros, desde abajo, con un programa y director elegidos desde las bases. Retomemos el proceso asambleario, construyamos reuniones periódicas asamblearias y comisiones para debatir y trabajar los problemas de fondo de la carrera, reimpulsemos los debates de reforma del plan de estudios. Porque a las camarillas no se las combate con otras, se las destierra, terminando de plano con dichas prácticas políticas. No dejemos que una nueva se apodere de la carrera. Para democratizar las juntas es necesario construir desde las bases, e impedir que decidan por nosotros aquellos mismos que lo único que buscan es acomodarse mejor para llevar más rentas, cargos, designaciones y promociones para su propio feudo.

POR TODO ESTO LLAMAMOS A ASAMBLEA PARA EL
MARTES 12 DE ABRIL A LAS 19 HS.

VENITE, QUE NO TE LA CUENTEN!