jueves, 12 de noviembre de 2009

Reflexiones y balance de cara a la segunda jornada de reforma del Plan de estudios de Historia

Desde La Juntada en Historia creemos primordial la discusión acerca de nuestro plan de estudios. Lo vemos como una parte muy importante de nuestra lucha gremial, y como un aporte a la construcción colectiva de un movimiento estudiantil unido, fuerte y con capacidad de lucha. Las posibilidades del movimiento estudiantil de ser partícipe e incidir en los conflictos sociales, no como furgón de cola de los diferentes procesos sino codo a codo con el resto de los sectores sociales en lucha, se encuentran ligadas con la posibilidad de llevar adelante reivindicaciones y demandas propias, no solo apoyando sino confluyendo. Si no somos capaces de luchar por la transformación de nuestro espacio, del ámbito en el que nos movemos cotidianamente, el cual se encuentra atravesado por las mismas relaciones de explotación que el resto de la sociedad, jamás podremos realizar un aporte significativo a la transformación del sistema en que vivimos.



En este sentido creemos que la transformación de nuestra carrera debe disputarse en dos frentes íntimamente relacionados.



En primer lugar, la reforma del plan de estudios, haciendo hincapié en el perfil del graduado, es decir cuál creemos que debe ser el papel del graduado de nuestra carrera en la sociedad. ¿historiadores para qué, y para quiénes? Lo mismo puede decirse acerca del conocimiento que se produce actualmente: para quién y para qué. En este sentido creemos que existe un abismo entre la sociedad y el ámbito académico en el cual nuestra carrera se encuentra inmersa. Actualmente los historiadores como actores sociales no jugamos ningún rol transformador en la sociedad, no somos capaces de comunicar el conocimiento que se produce en la academia, ni los debates dentro de la misma, a la gran mayoría del pueblo provocando - y agudizando - un alejamiento entre un “ellos” que se encuentra fuera de la academia y un nosotros cada vez más substraído. La producción intelectual que realizamos queda encerrada en una burbuja alejada de cualquier función social y no llega a romper esa barrera entre academia y sociedad. Por último, esta distancia claramente favorece a marginar al sector mayoritario de la sociedad debido a que no puede seguir una discusión que se da no solo puertas adentro, sino a un nivel tal que solo dos o tres popes están en condiciones de seguir.



Es en este sentido que creemos que el graduado se convierta en un puente comunicador, que relacione a la producción con las masas, con el resto de la sociedad, desde la investigación y la docencia, y desde la divulgación en su sentido más amplio que pueda llevar a la sociedad la pluralidad de enfoques que componen nuestro ámbito.



Para lograr este objetivo es necesario reforzar tres aspectos claves: la investigación, la docencia y divulgación, sin concebirlos aislados uno del otro sino proporcionando herramientas metodológicas para que se produzca la relación entre ellos, así como también ámbitos propicios para lo mismo.


En segundo lugar, la reforma del plan de estudios de nuestra carrera debe ir acompañada por una democratización del ámbito en que se materializa. Ni el mejor plan de estudios va a cumplir sus objetivos sino se realiza una transformación, una democratización de nuestras prácticas, de los espacios de producción y de las cátedras. En este sentido creemos que la transformación de la carrera no pasa solamente por crear cátedras paralelas, donde en muchos casos se terminan reproduciendo las viejas y criticadas prácticas que producen conocimiento monolítico, obstaculizan la discusión, cerrando los espacios de producción a los estudiantes (como sucede desde tiempos inmemoriales) en la carrera. Por el contrario creemos que nuevas prácticas dentro de las cátedras ya existentes - como dentro de nuevas paralelas - así como también en los institutos de investigación, deben llevarse adelante. No nos interesa reproducir mecánicamente el conocimiento que consideramos correcto sino someterlo a la crítica y a discusiones en la que la participación de todos los actores esté presente y bajo la circulación de la palabra en un ambiente democrático. En este sentido la pregunta que nos hacemos es ¿historiadores cómo?



Solo a partir de ir respondiendo las preguntas que van surgiendo es que vamos a poder dedicarnos no solo a una formación ligada a los intereses del pueblo sino a ir conformando ese modelo de universidad democratizada, camino que comenzamos a transitar hoy con estas jornadas.



Somos concientes también, que hoy no está presente la mayor parte de la comunidad que forma nuestra carrera, por eso creemos que hay que masificar este proceso, llevarlo adelante, divulgarlo y participar, otorgándole la importancia que merece. Es un trabajo que todos los presentes aquí hoy debemos realizar, de cara al año que viene.


Balance por comisiones
Perfil del graduado (investigación- docencia- divulgación):

Creemos que el graduado debe mantener contacto con la facultad, con el ámbito cotidiano de la carrera, a través de equipos de investigación y divulgación, y trabajo en las diferentes áreas de la facultad. Para lograr este objetivo hay que romper con las lógicas expulsivas que existen en nuestro ámbito académico, democratizar los espacios de producción, el trabajo en las cátedras, en los institutos. Pensamos que no debemos conformarnos con las opciones que nos brinda el mercado laboral actualmente, si bien la docencia en escuela media representa hoy en día el mayor porcentaje de puestos laborales, esto último no quiere decir que con nuestra lucha no se puedan generar espacios nuevos de trabajo para futuros graduados. Hay que reforzar la formación docente eso es indudable, sin embargo no podemos convertirla en la única opción, ni entenderla separada de la investigación.

Seminarios y materias especiales:
Creemos que se debe fortalecer el tramo de seminarios y materias especiales, apuntando a la especialización y profundización por áreas temáticas. Junto a esto último deben fortalecerse también durante este tramo las prácticas de investigación grupales. Estos espacios deben ser brindados y sostenidos por las cátedras. Es importante también que durante esta etapa aprehendamos herramientas metodológicas propias de nuestra disciplina.

Formación docente:
Que las aulas sean talleres; que las prácticas docentes sean tanto en diversos ambitos fuera de la facultad, secundarios, bachilleratos populares, fábricas recuperadas, etc., como dentro de ella, en las cátedras existentes. Creemos fundamental que se democratice la figura del adscripto apuntando a que la mayor cantidad de estudiantes puedan acceder a esta instancia que debería ser plenamente formativa en la investigación y por qué no también en docencia.. Junto con este proceso debe crearse un estatuto que regule esta actividad, para convertirla realmente en una instancia de formación y evitar la precarización laboral de los estudiantes que sucede cuando se deja al libre albedrío de los jefes de cátedra la decisión sobre las actividades que desarrolla un adscripto.

Formación en investigación: Junto con los seminarios y materias especiales que, como mencionamos antes deben brindar espacios para la formación en investigación. Creemos que durante toda la carrera debemos poseer un conjunto de materias especiales abocadas a la formación metodológica así como también a la producción y divulgación. En este sentido el rol del adscripto también puede estar abocado a la formación en investigación, a través del trabajo en grupo dentro de las diferentes cátedras de la facultad.

Desde La Juntada creemos que la reforma del plan de estudios es fundamental para comenzar a transitar el camino hacia la democratización de la carrera, la Junta y la Universidad en su totalidad.

¡QUE NO TE LA CUENTEN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario